sábado, 7 de marzo de 2009

PARA EL "DÌA INTERNACIONAL DE LA MUJER"




Mujer . . . tu belleza encendida
sabe a fragancia y placer,
porque el aroma de tu piel . . .
¡es el olor de la vida!.
Ante todo, Mujer . . .

Ante todo, eres Mujer,
”en pecado concebida”,
arrancándole a la Vida
la inmensa razón de Ser,
de Palpar, Gustar y Ver,
de Oír, de Oler la fragancia
de los aromas que escancia
el que amando siempre vive,
porque tu piel no concibe
el frío de la distancia . . .

Naciste en un Paraíso
que la magia circunscribe
donde, soñando se vive
y la vida, situarte quiso.
Vivir como en un hechizo,
es tu estado natural,
eres el sol estival,
y la luna en faz creciente,
porque el cielo, refulgente,
te ha ungido etérea y sensual.

Cabalgas en las estrellas
por destellos de la luna,
eres todas, eres una,
y hasta una legión de ellas.
Levitas, dejando huellas,
descorres nubes y velos,
eres mujer, y los suelos,
podrían ser tu infortunio,
por eso, de plenilunio
están pintados tus Cielos . . .

Tu reino es Universal,
en montañas y praderas,
más allá de las fronteras
del espacio terrenal.
Te bañas en manantial
de burbujeantes colores,
te cantan los ruiseñores,
eres como un arrebol,
porque te ha brindado el Sol,
el oro de sus fulgores . . .

Y siendo alondra y pantera,
eres un rito, una costumbre,
enciendes tu propia lumbre
para iluminarte entera.
Fuiste quemada en la hoguera,
en épocas medievales,
por los inquisitoriales
santificados horrores y hoy,
resucitada, amores,
siembras en surcos carnales . . .

Eres como el viento alisio
o el huracán de la costa,
que a borbollones denosta
y arrasa con gran desquicio.
Si la Pasión es un vicio,
sos un vicio pasional,
en el breve madrigal
del octosílabo habitas,
eres el fuego y crepitas
en tu hoguera visceral . . .

Eres Venus, eres Mujer,
y yo, destinado a amarte,
pues contigo seré Marte,
Urano, Saturno, o Júpiter.
Quiero fundirme en tu ser
y cuando a tu piel me aúna,
me ames como ninguna;
con desenfreno y con fe,
y hacerlo de un modo qué,
yo sea el Sol, y tu la Luna . . .

Las cumbres quedan abajo,
desde arriba las contemplo
mientras reinas en el templo
de la vida, que te trajo.
Cortas el aire de un tajo
las constelaciones besas,
a las nubes atraviesas
la poesía te narra,
y junto con mi guitarra
en mi corazón, estás presa.

Y soy águila, tengo alas,
el cielo, en este mundo me puso,
el viento cortando cruzo,
sin descanso, sin escalas.
Vida, tú que me regalas
cada día, otro amanecer,
aliéntala siempre a Ser
la Dueña de Mi Universo,
Alma, Corazón y Verso
pero . . . ante todo, ¡Mujer! . .

DelsioEvarGamboa’09