Un poema esquivo me ronda la frente.
Como siempre
cuando lo tengo conmigo
de pronto se me escapa.
Y lo pierdo.
Y me enojo.
Y lo salgo a buscar.
Da vueltas por la esquina
me saca la lengua
se ríe de mí.
Uno, dos, tres, cuatro…
El conteo lo llama.
Por tocar la piedra escondida
regresa a mi frente.
Entonces lo atrapo
Y jugamos juntos
La aventura de escribir.
domingo, 14 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)